Creencias nucleares
En gran medida, nuestro modo de proceder se asienta sobre nuestras experiencias previas y más tempranas. Originadas durante nuestra infancia y juventud, dan lugar a nuestras creencias nucleares.
Son ideas profundamente arraigadas sobre nosotros mismos, los demás y el mundo que nos rodea. Son esquemas mentales que actúan como lentes a partir de las cuales somos capaces de interpretar la realidad. Una de las particularidades que poseen es que son difíciles de modificar. Y son capaces de proporcionar el sentido de identidad que cada uno posee. Funcionan a modo de mapa interno.
Constituyen el eje central de lo que somos, nuestros valores, nuestras creencias más firmes e inconmovibles; nos permiten saber quiénes somos. A partir de ellas nos proyectamos. Estas creencias van creando a lo largo de nuestras experiencias un entramado de significaciones que da densidad a nuestro carácter y personalidad.
Las Creencias Nucleares pueden llegar a ser disfuncionales; capaces de influir y distorsionar irremediablemente en nuestros pensamientos, emociones, sentimientos y conductas ya que filtran la información que percibimos.
CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES DE LAS CREENCIAS NUCLEARES.
- Profundas y en gran medida, poco conscientes. Suelen generalizarse y consolidarse.
- Globales y absolutas. Llegan a presentarse y las consideramos como verdades universales y absolutas.
- Formadas a edades tempranas. A partir de experiencias repetitivas y significativas de la infancia.
- Estables y persistentes. Son resistentes a ser modificadas incluso cuando la evidencia así lo indica.
- Idiosincrásicas. Genuinas de cada persona; conforman su identidad.
Este núcleo de creencias ayuda a que reduzcamos la incertidumbre y a generar cierta predecibilidad en el modo en que nos relacionamos con nosotros mismos y con los demás.
Están asentadas en el Sistema de Activación Reticular.
El SAR es una red de neuronas en el tronco encefálico que actúa como un filtro cerebral que regula el nivel de alerta y la atención Este sistema decide cuáles son los estímulos a los que debemos atender. Filtra la información que accede al Sistema Nervioso Central. Estas creencias controlan las sensaciones corporales de dolor, decepción, dolor, miedo, frustración, confusión, enfado, alineación … de ahí que sean tan importantes en psicoterapia.
El SAR nos enfoca hacia los objetivos que nos planteamos, modula nuestra motivación ya que una vez que decidimos focalizarnos en determinados objetivos, filtra la información y prestamos más atención a todo aquello con lo que guarde relación.
La terapia cognitiva trabaja para identificar y modificar estas creencias profundas pues son el punto de partida para poder cambiar patrones y conductas disfuncionales.