Recomendaciones en el uso de pantallas
Las recomendaciones de uso de pantallas para menores varían según la edad: la Asociación Española de Pediatría al igual que La Asociación de Psicólogos Clínicos y Psiquiatras recomiendan evitar el uso de pantallas en menores de 6 años. Menores de 2 años no deben usarlas, de 2 a 5 años el tiempo no debe exceder 1 hora diaria (priorizando contenido educativo y supervisión), y para mayores de 6 años, el máximo recomendado es de 1 a 2 horas diarias de uso recreativo, asegurando que no interfiera con el sueño, la actividad física y el tiempo en familia.
Recomendaciones por edad
- Menores de 2 años: No se recomienda el uso de pantallas. El desarrollo se beneficia de la interacción cara a cara, la presencialidad, la lectura y el juego al aire libre y con el grupo de iguales para fomentar y facilitar la socialización.
- De 2 a 5 años: Un máximo de 1 hora al día. Es importante que el contenido sea educativo y esté supervisado por un adulto responsable. Prima el juego al aire libre con otros niños para desarrollar las habilidades sociales, el juego en grupo, la lectoescritura y manualidades. Su uso se limitará a momentos específicos de uso social.
- De 6 a 12 años: Entre 1 y 2 horas diarias, priorizando contenido de calidad. Es fundamental que este tiempo no reemplace actividades físicas o tiempo familiar y con el grupo de amigos. Móviles sin acceso a Internet.
- Adolescentes (mayores de 13 años): Limitar el uso a lo esencial, con un máximo de 2 horas diarias como máximo de ocio digital, para dejar espacio a otras actividades importantes como el descanso, el ejercicio y las relaciones sociales. El acceso a Internet debe estar limitado y supervisado por un adulto responsable.
Puntos clave a tener en cuenta
- Calidad del contenido: Se debe priorizar el contenido educativo y limitar el tiempo de ocio digital.
- Equilibrio con otras actividades: El uso de pantallas debe coexistir con actividades físicas (al menos 1 hora al día) y tiempo suficiente de sueño (8 a 12 horas, según la edad).
- Establecer límites: Es crucial pactar tiempos, contenidos y lugares de uso, manteniendo los dispositivos fuera de los dormitorios. Supervisar el uso y el contenido. Desactivar notificaciones innecesarias. Después de la cena no está recomendado su uso.
- Ejemplo familiar: Los padres pueden crear un plan familiar personalizado sobre el uso de pantallas para establecer expectativas, normas y límites consistentes.
CONSECUENCIAS DEL USO ABUSIVO DEL MÓVIL EN MENORES
En la actualidad la presencia excesiva de teléfonos móviles, redes sociales y pantallas ha generado una preocupación creciente sobre el impacto de su uso y abuso en la salud mental, el funcionamiento cognitivo y las habilidades sociales en los menores.
Su cerebro está en pleno desarrollo y maduración de ahí que el uso de las pantallas posea una repercusión funcional y estructural en el neurodesarrollo.
En niños y adolescentes su manejo genera preocupación sobre sus consecuencias en diversas funciones cognitivas como la atención, (sostenida, alternante), capacidad de concentración, gestión del tiempo, control de impulsos, tolerancia a la frustración, capacidad de demora, pérdida de autocontrol y regulación emocional, bajo rendimiento académico, alteraciones del lenguaje en los más pequeños y un retraso en su psicomotricidad. Una pérdida de vocabulario, uso de la sintaxis y la gramática en adolescentes. Dificultad en el manejo de las habilidades sociales ya que con el abuso de las pantallas se pierde presencialidad. Sabemos que su utilización interfiere con las actividades cotidianas, las relaciones interpersonales, académicas y laborales en los adultos.
Se han detectado alteraciones del sueño, sus pautas y ritmos circadianos ya que la luz azul que emiten las pantallas reduce la producción de melatonina, la hormona que segrega la Glándula Pineal y regula el ciclo de sueño-vigilia.